jueves, 27 de febrero de 2014

Al fin

Puedo deleitarme en el principio sin conocer el fin. Así me fue dada la vida. Con principios que muchas veces no definen el fin. El bebé desde el vientre reconoce los principios de la vida. Mamá y papá, o mamá y... sólo ella. ¿Define el principio cuál será el fin?

Esta noche es de principios sin fines. Esta noche mis pensamientos acarrean principios sin fines. Si un bebé nace en medio de la disputa, ¿define la disputa su fin? Y si ese mismo bebé nace en amor y sublime paz, ¿define el amor y la sublime paz su fin?

Escribo de principios que han sido clavados en lo profundo de mi alma. Escribo de escencias que dominan el principio de cada molécula. Escribo de dominios que injertan principios de substancias desconocidas. Escribo de potestades que determinan principios literalmente increíbles. Como el niño que nace en un hogar donde el abuso sexual es su desayuno desde mucho antes de la pubertad.

¿Determina el principio su fin?
¿Cuántas veces se nos es dada la oportunidad del principio?
¿Es el principio el fin?
O, ¿es el fin el principio?

Juego de palabras.

¿Quién vive condenado a un principio, vive destinado a su fin?

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