miércoles, 8 de mayo de 2013

Yo, (tu nombre), ahora...

Una de las cosas que ayudó a mi peque en la barrera del lenguaje además de las terapias de habla fueron las afirmaciones positivas. Recuerdo que comencé por decirle constantemente que repitiera unas oraciones que testificaban lo bueno, inteligente y amable que es. Eso lo ayudó a aprender nuevas palabras mientras repetía una y otra vez lo que su mente creería como cierto.

La afirmación es una expresión que indica una cosa que es cierta. Y, es cierto, mi chico es bueno, inteligente y sumamente amable. Su maestra de educación temprana me recuerda constantemente de lo educado y caballeroso que es Ianmarcos. Esa testificación ha sido una de las más hermosas recompensas que he recibido como madre. 

Desde antes de recibir la noticia de mi embarazo, emprendí un viaje secreto. Quería cambiar mi vida. No me sentía satisfecha de muchos aspectos de mi existencia, entre ellos el entorno social en el que compartía, las consecuencias de malas decisiones, mi actitud desafiante y otras cosas. No se si han pasado por algo similar. Ese despertar. El momento en el que te das cuenta de que no eres exactamente lo que pensaste que serías. Si te puedes identificar, te felicito por tomar la decision más importante de tu vida: la transformación. 

Soy fiel creyente de que todo lo que nos sucede tiene un propósito eterno, y ese momento épico también lo tuvo. Dios ya había predestinado que pasaría por el proceso de metamorfosis, y mi Goliat fue mi mente. Quiérese decir que mi mayor prueba fue mi salud mental y emocional.  Estudios científicos revelan que la mente recibe alrededor de 30,000 o más pensamientos diarios. Puedo decir que soy de esas que recibe más de 30,000 pensamientos al día. Seguramente puedo duplicar la cantidad de pensamientos, y si te identificas conmigo en esto, bienvenido a la batalla de la mente. 

El reforzamiento psicológico es importante y decisivo en la vida de todo ser humano. En el proceso de formación de un niño/a es importante fomentar una dinámica de afirmaciones positivas. La razón es simple: lo que no le digas a tu hijo, se lo dirá otro/a. Esta no es una idea, esta es la realidad. En mi experiencia como maestra de autoestima, me topé con innumerables casos de autoestima baja en la niñez. ¿Causa? La necesidad de aceptación, amor y palabras constructivas no estaban siendo suplidas. 

En el libro "Los 5 lenguajes del amor" el autor Gary Chapman confirma que una manera de expresar el amor es utilizar palabras que edifiquen. Cuando afirmamos una vida le estamos dando a la mente la idea del propósito. La constante interrogativa: "¿Quién soy y para dónde voy?" Te tengo una noticia: el propósito no es un destino, el propósito es un estilo de vida. ¿Cómo puedes lograr el propósito? Utilizando la mente de manera correcta. 

Esto me costo y mucho. Fueron más de 20 años sin conocer el poder de la afirmación. Mis padres hicieron un excelente trabajo y son mis modelos a seguir, de eso no hay duda. La baja autoestima en un niño o adolescente se puede dar por varias razones, en mi caso fue la depresión. La verdad es que mi niñez fue buena. Mis padres siempre me decían: "Preocúpate por estudiar y divertirte." Pero la sociedad me exigía otra cosa. Tenía que primeramente ser la más linda, la más flaca y la más inteligente. Nada facil para una niña de 10 años, en sobrepeso. No culpo a mis padres, me gustaba comer mucho y ejercitarme poco. Como sabrán, somos lo que comemos y una cosa lleva a otra.

Sí, en mi niñez fui víctima de bullying. Lo más increíble es que así como lo fui, otros/as también lo fueron y aun lo son. Si a un adulto se le hace difícil controlar lo que siente y lo que piensa, imagine un niño. Los sentimientos en la niñez son de corta duración pero intensos y estos producen efectos positivos y negativos. 

Por lo que decidí llenar la vida de mi hijo y de todo niño/a al que pueda alcanzar de palabras y pensamientos positivos. 

Palabras que marquen su vida para bien. Palabras que sean puentes y no obstáculos. Palabras que construyan ambientes saludables. Palabras que les acerquen más a Dios. 

Una mente correcta

Después de años luchando y luchando con la depresión, descubrí la afirmación. Decidí recetarme una dosis de afirmaciones matutinas que refrescaran mis días. Pero no funcionó. Volvía a caer constantemente en la dinámica de pensamientos negativos. Lo peor fue creer que podría controlar mis pensamientos. Al no poder controlar mis pensamientos experimenté la culpa. Ahora me encontraba depresiva y culpable. Tremenda mezcla. 

Hasta que me di la tarea de estudiar profundamente el proceso de crianza. Mi hijo al rescate. De crianza, pasé a cursos de consejería y a leer libros de psicología. Fue cuando entonces me topé con el dato de que la mente recibe alrededor de unos 30,000 o más pensamientos diarios. ¡Que alivio! No soy lo que pienso. Soy más de lo que pienso, soy más de lo que siento y soy más que un cuerpo. Logré comprender el verdadero propósito de la vida: introducir en nuestro interior lo que queremos proyectar en el exterior. 

Decidí introducir datos positivos mediante un proceso de tres pasos:

  1. Escoger cual de los pensamientos que llegan a mi mente voy a,
  2. Introducir como cierto mediante el proceso de repetición para
  3. Producir los resultados deseados.

El proceso de la repetición es alimentar la mente de las cosas que queremos ser y hacer. Un niño repite constantemente el intento de caminar hasta que logra hacerlo sin tropiezos. La repetición es un evento importante del cual se puede sacar gran provecho para mejorar nuestra salud física, mental, emocional, espiritual y social. 

El poder de la afirmación trajo a mi hogar y a mi vida tres cosas:

  1. Prosperidad: bienestar de vida.
  2. Sanidad: calidad de vida.
  3. Fortaleza: capacidad para enfrentar las adversidades de la vida.

Ahora, quiero puedas experimental el poder de las afirmaciones positivas y estos son los pasos para la transformación:

Primero, acepta que eres humano, que tienes un cuerpo físico y una mente poderosa. 
Segundo, adopta la realidad de que no puedes controlar lo que piensas pero sí puedes decidir cómo vas a actuar ante los pensamientos que se presenten. 
Tercero, no eres lo que sientes. 
Cuarto, experimenta palabras de afirmación. (Si no tienes quien te las diga, ¡hazlo tu! Yo lo hice durante mucho tiempo, y ahora que tengo una relación fui responsable de hablar con mi pareja al explicarle el estilo de vida que decidí llevar. Rodéate de personas que valoren y respeten quién eres.)
Quinto, experimenta el resultado deseado: ¡viva tranquilo/a y feliz!

Escribe un cuaderno de afirmaciones. Del mismo escoge veinte afirmaciones positivas que leerás durante la mañana y durante la noche. Hazlo por un mes. ¡Te reto! Soy vivo testimonio de que las afirmaciones positivas por medio del proceso de repetición son poderosas.


Algunas afirmaciones que puedes utilizar para tu proceso de crianza o para uso personal son:

Yo, (tu nombre), ahora...

Me amo
Me acepto tal cual soy
Me siento seguro/a
Me porto bien
Me perdono
Soy bueno/a apesar de mis pensamientos y sentimientos
Soy honesto/a
Soy bello/a
Soy inteligente
Soy feliz


Sentí el compromiso de compartir parte de mi proceso de transformación. Mi mayor deseo, además de vivir una vida con propósito es dejar un legado de salud y bienestar que sirva de herramienta para todo aquel que lo necesite. 

El día es hoy y el momento es ahora.

Cierro con este pensamiento del autor de las Lecciones de "Self-Realization Fellowship", Paramahansa Yogananda: 

"La posesión de riqueza material sin paz interior es
como morir de sed mientras nos bañamos en un lago.
Si la pobreza material debe ser evitada, la pobreza 
espiritual debe ser aborrecida.
La pobreza espiritual, y no la falta material, es la causa
profunda del sufrimiento humano."




Yo, Carolina, ahora vivo una vida plena.

¡Les bendigo!







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